“#Noticias falsas” de #Facebook - ¿un chivo expiatorio?
Discreción aconsejada: temas satíricos
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Una cosa que puedes haber visto
recientemente en las noticias es el anuncio de que “post-truth” (posverdad) ahora es la palabra del año de los Diccionarios Oxford (aunque lleve guión – en inglés) . Algo más que de lo que también te puedes
haber dado cuenta es de los últimos títulos de Facebook. Ambos, al parecer, están dando la noticia
gracias a sus raíces comunes en las elecciones presidenciales de los Estados
Unidos. Pero vamos a considerar el lado
de Facebook de las cosas.
Desde hace una semana, estamos observando
cómo los usuarios estaban hablando de los resultados de las elecciones y examinando qué cargos políticos realmente pueden lograr. Las cosas estaban radiantes de como las
personas empezaron a considerar al gigante de los medios de comunicación social
como un contribuyente importante al supuesto fenómeno de Trump, inicialmente
por su aparente facilidad al llamado efecto “echo chamber”. Ahora, sin embargo, el gran termostato se ha
movido a otro nivel (alcanzando el tercer grado, por así decirlo), con las
acusaciones que aparecen de varios medios de comunicación de que la publicación persistente de Facebook de lo
que se está llamando “fake news”
(noticias falsas) fue otro factor que contribuyó
en el sorpresivo resultado de las elecciones de los Estados Unidos… alcanzando,
quizá, al nivel en el que podemos empezar a creer que el mismo Mark Zuckerberg
fue el responsable principal de esto. El
martes, The Guardian pidió que todos los “hechos” se etiqueten como tal mientras que otros han estado
defendiendo el uso de varias extensiones de Google Chrome como “B.S. Detector”, que alerta a los
usuarios cuando los titulares que encuentran vienen de “fuentes
cuestionables”. Respondiendo a la
creciente turbulencia, Facebook ha anunciado que prohibirá las páginas de “fake news”
de su red de publicidad.
Pero, ¿qué tan involucrado
está Facebook en una “crisis de fake news”? En efecto, dadas las implicaciones para
formar una perspectiva basada en distinciones binarias “falsas” / “reales”, ¿es así cómo realmente deberíamos llamarla? Y finalmente, ¿estamos realmente caminando a
través del espejo o simplemente lanzando todos nuestros problemas sobre un cordero
para el sacrificio? Parece que nos
estamos acercando demasiado al último caso.
En efecto, hay, por lo menos,
tres maneras en las que las noticias generalmente se consideran “fake” (falsas): una de ellas,
desafortunadamente, no merece necesariamente tal etiqueta.
El primer tipo de “fake news” es aquello que se
pretende que sea una broma. El
martes, el servicio Newsbeat de la BBC entrevistó a alguien llamado Chief Reporter, el capitán
de la página de las fake news de Southend
News Network. Chief Reporter había emitido una “sincera disculpa”, alegando “plena responsabilidad
por la victoria de Donald Trump en las recientes elecciones presidenciales de
los Estados Unidos”. Las publicaciones como
SNN, Daily Mash, NewsThump y The Onion no sólo son divertidísimas, sino que
también son claramente falsas. Es decir,
sus creadores específicamente pretenden que no sean tomadas en serio. Son el tipo divertido de “fake news” que realmente no pueden ser malinterpretadas
como algo más.
El segundo tipo, sin embargo, es aquello que se diseñó para que los lectores
crean en los hechos fabricados. Aquí es
dónde se pone difícil. The Guardian afirma que “durante las campañas electorales se pusieron en marcha más de 100 páginas falsas
pro-Trump en una única ciudad balcánica”.
Buzzfeed informó recientemente que las páginas “hiperpartidistas”
de Facebook, las que están profundamente aliadas a los demócratas o a los
republicanos, estaban “publicando mala información falsa y engañosa a un ritmo
alarmante” (específicamente, el 20% de las publicaciones de la extrema
izquierda eran falsas comparadas con el 38% de la extrema derecha). Además, durante las primarias y los debates
presidenciales, el servicio Reality Check de la BBC realizó una
verificación en las declaración de cada candidato y encontró que ambos estaban
apoyando demandas sin fundamento en ciertos puntos. Estas son las fuentes principales de las
“noticias falsas” que parecen atraer la ira de todos. Están destinadas
a ser tomadas en serio, aunque los hechos sobre los que se basan y se fabrican
(aunque sus creadores pueden no se darse cuenta).
Sin embargo, la crítica de estas fuentes, si
bien está justificada, lleva a algunas personas a conclusiones que no sólo son
vacilantes, sino también algo inquietantes.
El problema es que parece haber una
creciente inclinación para considerar un tercer tipo de noticias “falsas”, al
menos por implicación, en virtud de no ser considerado “real”. Este tipo de noticias es de las que omite hechos, argumentos y opiniones
que no apoyan la opinión del autor.
Un ejemplo fácil sería el tipo de noticias “hiperpartidistas” que
Buzzfeed ha reportado anteriormente; la mayoría de las cuales no están basadas en hechos inventados, sino
más bien en lo que se podría llamar de manera objetiva, si estuviesen siendo
críticos, una "selección". Aquí
es donde se pone realmente difícil, porque los comentaristas confunden a menudo
las definiciones mientras conducen una cuña innecesaria entre la “realidad” y
la “integridad periodística” con relación a estos tipos de medios. Así que, vamos a desempacar esas ideas.
Facebook actualmente está siendo criticados
por dos cosas; su censura de los temas
de tendencia pro-Trump durante las campañas electorales y su negativa a intervenir para impedir que las
“fake news” aparezcan en los news feeds de las personas. Por lo tanto, se les dice que confíen, hasta en
dos cargos: primero, que son verdaderamente un “outlet de noticias” (como Twitter… aunque Twitter, para que conste,
se redefinió a sí mismo como una página de noticias para satisfacer a
los accionistas, no necesariamente porque en realidad sea uno) y segundo, que,
por lo tanto, carece de las coas que todos estos puntos de venta necesitan:
integridad periodística. Su escasez de
este último se está llevando a cabo porque su efecto neto le dio la ventaja a
Trump.
Pero vamos a dar un paso atrás. Cuando intentas
definir términos como “integridad periodística”, quizá deberíamos tener en
cuenta lo que el gran pensador Immanuel Kajt dijo sobre la ética: una acción
moral es aquella que está arraigada en una “buena voluntad”. Desde esta postura, si un editor no
quiere engañar, si actúan sobre sus principios éticos, que probablemente evitan
encubrimientos, incluso podrían ser perdonados por publicar propaganda. Sin duda, se podría decir que tienen
“integridad periodística”.
La gran pregunta es, entonces: ¿es lo
mismo que “noticias reales”?
Muchos dirían que no; las “noticias reales”, seguramente, son lo que es
cierto. Pero… si nuestra sociedad
realmente ha sido ganada por gente como Roland Barthes y sus compañeros
posmodernistas (que, al parecer, tiene mucha gente), quizá realmente deberíamos
de estar respondiendo con un sí. Después
de todo, hoy en día pocos estarían de
acuerdo en que algunas noticias pueden ser más que una torcida representación
de la verdad objetiva (si esta última existe).
Las mejores cosas que pueden permanecer son sólo buenas intenciones. Y esto parece ser lo que constituye “lo real”
hoy en día, al menos cuando se trata de distinguir las “noticias reales” de las
“falsas”. Es por eso que es más
apropiado definir las “noticias reales” como “noticias honestas”, que tiene
“integridad periodística”.
Te advierto, por lo tanto, que todos los que
añaden ciertas extensiones de Google Chrome o piensan que Facebook debería
estar poniendo en marcha etiquetas para ayudar a identificar las “noticias
reales”, que nos podría parecer menos un
cordero para el sacrificio y más un lobo con piel de oveja.
Como hemos visto, la pregunta difícil es definir “falso”, mientras que la pregunta aún más
difícil es definir “real”. Es menos
difícil determinar y eliminar las “noticias falsas” y más que cualquier persona
que intenta crear o nombrar las
“noticias reales” que tiene sus propias motivaciones y perspectivas
(llámalos “agendas” si no te gustan lo que son). Si el árbitro es honesto, inevitablemente tropezarán
en contradicciones fundamentales; y si son una corporación grande, especialmente
sin cara como Facebook, que no es sólo una organización de medios, sino también
muchas otras cosas (especialmente una empresa flotando en el mercado de valores,
dirigido por un consejo de administración y operado por beneficios en lugar del
enriquecimiento del público), pronto veremos que surge un serio conflicto de
intereses, si queremos ver los más altos ideales de integridad periodística expresados
por una plataforma. Imagínate el poder que podrían tener sobres nuestros pensamientos si
ellos ejercitarán su capacidad de censura en serio. Esto ya está empezando, desde las extensiones
anteriores de Chrome, a la exclusión de ciertas páginas de noticias de la red
de publicidad de Facebook.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Como siempre, es una pregunta difícil. Facebook está destinado a mantener el etiquetado
de “real” o “falso” si quieren mantener su página utilizable. Los editores humanos, los algoritmos o
cualquier otro tipo de filtro entre los usuarios y la vasta red de cientos de
personas en nuestras esferas sociales (así como los muchos miles que están
separados por un amigo, por no mencionar al resto de internet) no sólo es
necesario, sino que también seguirá estando cargado necesariamente por el mismo
problema: las omisiones que tienen que
hacer implican que las personas que persiguen las “noticias reales” siempre van
a estar insatisfechas. La última incisión
en el termostato crítico hace la guerra contra los hechos inventados. Pero al dar a cualquier organización, incluso
por la implicación, la oportunidad de palmotear las etiquetas de “real” o
“falso” sobre nuestra información recibida como un medio para combatir esto
conducirá inevitablemente a que este agente abuse de estos poderes extensos o
al menos aplicarlos con “integridad” (es decir, de una manera desequilibrada).
No podemos dejar el pensamiento a otras
personas. Esto sólo hasta cierto punto;
y se vuelve peligroso si renunciamos
totalmente a nuestro escepticismo. Necesitamos
ver a Facebook como un filtro de noticias; y sería útil para ellos etiquetar
los hechos que se verifican. Pero si
terceras partes van más allá, empezando a decirnos lo que es “falso” y “real”, deberíamos recordar discrepar con ellos siempre
que podamos. Lo que es más (y es desalentador
decir esto), si todos queremos, a través de estas acusaciones más recientes
hacia Facebook, es una explicación coherente para el vencimiento de la norma encarnada
por el nuevo presidente electo, entonces bien, pero no podemos culpar sólo a
Facebook; ya que no debemos permitir que ninguna fuente de noticias, real o falsa,
por las estimaciones de quién sea, reclame el suministro de las noticias.
James tiene una licenciatura en Historia y
escribió su disertación sobre la queja y la protesta. Su lista de héroes va desde Adele hasta Noam
Chomsky: inspiraciones que invocará el próximo año cuando comience su maestría
en Londres @Songbird_James
Traducido desde: Facebook 'Fake News': A Scapegoat?
Comunicadora natural, escritora por vocación y
amante de las redes sociales. Julia es
un mundo en una persona. Es peruano-italiana y vive en España. Ella asegura que
compartiendo experiencias nos desarrollamos como personas. Estudió negocios internacionales, disfruta de
su blog personal, de viajar y de la playa.
Síguela @JuliaAtSMF
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“#Noticias falsas” de #Facebook - ¿un chivo expiatorio?
Reviewed by Unknown
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